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YULIANA SAMBONÍ UN IMPACTANTE CASO DE COLOMBIA

16/01/2025
Yuliana Samboní

El caso de Yuliana Samboní conmocionó profundamente a Colombia y al mundo entero, revelando las peores facetas de la desigualdad, la violencia y la injusticia social, esta tragedia, ocurrida en diciembre de 2016, dejó una herida imborrable en el corazón de un país ya golpeado por múltiples formas de violencia. Yuliana, una niña de solo siete años proveniente de una familia humilde, fue víctima de un crimen atroz que puso en evidencia las fallas estructurales en la protección de los menores y la alarmante impunidad que rodea a muchos casos similares.

El 4 de diciembre de 2016 parecía ser un día normal, como es costumbre las familias comenzaban a preparar las celebraciones navideñas, las velitas del 7 de diciembre, los regalos, y el Año Nuevo. En momentos así, nadie imagina que una tragedia pueda irrumpir en sus vidas.
Yuliana Andrea Samboní, una niña de tan solo siete años, jugaba en la calle con uno de sus primos, era una actividad que probablemente había realizado muchas veces antes, lo que daba a sus padres la confianza de permitirle disfrutar de su infancia al aire libre.

¿QUIÉN ERA YULIANA SAMBONÍ?

Era una niña inocente, ajena a las maldades de este mundo, nació en el Cauca el 26 de junio de 2009, pero poco tiempo antes de la tragedia, se había trasladado a Bogotá junto a sus padres en busca de mejores oportunidades para su vida y, sobre todo, para el futuro de la pequeña, además, como muchas familias de Colombia, huyeron de la violencia que azotaba las zonas rurales del país.

Su padre, Juvencio Samboní, trabajaba en la construcción, mientras que su madre, Nelly Muñoz, era ama de casa, a pesar de las dificultades económicas, vivían en un entorno familiar lleno de amor y cercanía.

Su hogar estaba ubicado en el barrio Bosque Calderón, en los cerros orientales de Bogotá, un lugar donde una línea invisible separa la alta sociedad, como en Chapinero Alto, de barrios de escasos recursos. En tan solo unos minutos, se puede pasar de un edificio lujoso a varias invasiones.

La familia vivía en una casa humilde, con tres habitaciones, en una de ellas dormían Yuliana y sus dos padres, todos juntos en una cama, en la segunda habitación, su tío y su primo, con quien Yuliana jugaba ese día, compartían el espacio, y en la tercera habitación, su tía y su esposo.

En ese momento, la madre de Yuliana estaba embarazada, esperando a su segundo hijo.

YULIANA SAMBONÍ ┃ Todos los DETALLES del CASO que impactó a COLOMBIA

4 DE DICIEMBRE DE 2016

YULIANA SAMBONI 1

Aproximadamente a las nueve de la mañana de ese domingo, Yuliana jugaba en la calle, como ya lo había hecho en otras ocasiones con su primo, en medio de su inocencia, un hombre llegó al barrio en una camioneta lujosa, un vehículo no muy común en la zona donde habitaba Yuliana, pues una camioneta de esas características, circulando por allí, no pasó desapercibida.

El hombre se acercó, abrió la puerta del copiloto y le habló a Yuliana, confiada, ella se acercó y, en ese instante, él la tomó de la mano y la subió a su vehículo a la fuerza.

Desesperado, su primo comenzó a gritar angustiado, lo único que pudo hacer fue entrar a la casa, y en medio del pánico, exclamó: “¡Se llevaron a Yuliana! ¡Se llevaron a Yuliana en un carro!”

Los padres de Yuliana salieron corriendo, pero ya era demasiado tarde, la camioneta había desaparecido, lo único que había dicho el niño, y que retrasó la búsqueda, fue que se trataba de una camioneta gris de platón, y que el hombre parecía joven y con barba.

El barrio entero se puso en alerta, buscando desesperadamente esa camioneta gris de platón, la policía fue notificada y rápidamente activaron un plan candado, intentando localizar el vehículo, la noticia se regó rápidamente, y los medios de comunicación comenzaron a enterarse, incluso los taxistas se unieron a la búsqueda.

yuliana

Los padres de Yuliana caminaban sin rumbo, esperando encontrar alguna pista que los llevara a su hija, con la esperanza de que el hombre la hubiera liberado o de ver pasar la camioneta por algún lado, la desesperación era tal que resulta imposible imaginar lo que sentían. La madre de Yuliana, mientras recorría las calles del barrio, se cruzó frente a frente con la camioneta donde iba su hija, sin saberlo, su hija estaba luchando por salvar su vida, tal vez intentando lanzarse del vehículo o soltarse de las manos de ese monstruo que la tenía cautiva.

Desde el asiento del copiloto, Yuliana gritaba y pateaba, pero su madre no pudo percatarse de lo que sucedía en ese instante.

La policía llegó rápidamente al barrio y se comunicó con la madre de Yuliana, pero ella estaba tan impactada que se desmayaba continuamente, fue entonces cuando la policía tuvo que contactar a otros familiares de la niña.

CADA MINUTO ERA VITAL

Los agentes comenzaron a revisar las cámaras de seguridad del sector y descubrieron que estaban buscando la camioneta equivocada, pues en realidad, el vehículo no tenía platón, sino que era una Nissan Xtrail gris.

Rápidamente, ordenaron un nuevo plan candado, cerrando todas las vías de salida de Bogotá, tratando de evitar que Yuliana fuera sacada de la ciudad, además, lograron identificar la placa del vehículo: DBO 960, lo que permitió desatar el curso de la investigación.

IDENTIFICACIÓN DEL VEHICULO

VEHICULO RAFAEL NOGUERA

La policía identificó que el vehículo involucrado en el rapto era propiedad de una mujer llamada Laura Arboleda. Inmediatamente se pusieron en contacto con ella, pero ella afirmó que había vendido el carro recientemente, aunque no había realizado los trámites de traspaso a nombre del nuevo dueño, fue entonces cuando la policía fue puesta en contacto con su esposo, Francisco Uribe Noguera.

La policía le informó a Francisco que el vehículo estaba relacionado con el secuestro de una niña y que necesitaban localizarlo con urgencia, sin embargo, Francisco mostró poca disposición para colaborar, les dijo que el carro estaba guardado, que él se encontraba en una reunión muy importante en el Club El Nogal y que no podía atenderlos en ese momento, ante esta negativa, los policías le advirtieron que si no cooperaba, harían pública la información sobre el secuestro a través de los medios de comunicación, fue entonces cuando Francisco accedió, pidiendo algo de tiempo para hablar con su jefe de seguridad. Les prometió que se comunicaría con ellos más tarde.

Pasó el tiempo y no hubo comunicación, la policía insistió, y finalmente, Francisco respondió, se acordó una cita en el CAI de la Policía, ubicado en la calle 72 con carrera 7ª, cerca del Hotel Hilton, para las 2 de la tarde.

A la hora acordada, Francisco llegó al lugar con los policías, su expresión mostraba preocupación, les explicó que el vehículo estaba a nombre de su esposa, pero que había sido entregado a su hermano, Rafael Uribe Noguera.

Inmediatamente, los investigadores le pidieron que los llevara a la ubicación de su hermano, Francisco, con dudas, los condujo hasta un lugar en Equus 64, donde, según él, residía su hermano en ese momento.

Sin embargo, al llegar, se dieron cuenta de que Rafael no estaba en el edificio, Francisco explicó que no recordaba la clave de acceso a las cámaras de seguridad ni el número exacto de su apartamento, dijo que el dueño del edificio era su padre, Rafael Uribe Rivera, y que iría a su casa para pedirle las claves, ya que él acababa de ser operado del corazón y no podía acudir personalmente.

Mientras tanto, algunos policías se quedaron frente al edificio, mientras que Juvencio, el padre de Yuliana, y otros agentes realizaron una ronda por la zona, con la esperanza de encontrar alguna pista.

Durante toda la tarde, Francisco no volvió a contestar ni llamadas ni mensajes de WhatsApp, ni dio señales de vida, ante la falta de respuestas, la policía no tuvo más opción que volver a amenazarlo con hacer pública la implicación de la familia Uribe Noguera en el secuestro.

6:00 PM 4 DE DICIEMBRE 2016

Luego de esta contundente amenaza, no pasó mucho tiempo antes de que, alrededor de las 6 de la tarde, Francisco se comunicara con la policía, les explicó que su hermano, Rafael, había sufrido una complicación médica y lo habían tenido que llevar de urgencias a la Clínica Navarra.

Ante esta nueva información, los investigadores no dudaron en preguntar inmediatamente por Yuliana, ya que esa era la principal preocupación en ese momento, Francisco les informó que su hermano sí había estado con la niña, pero que, en un descuido, le había arrebatado la vida.

Aterrados por sus palabras, los investigadores le insistieron sobre el paradero de Yuliana, fue entonces cuando Francisco les dijo que la niña estaba en otro edificio, también de propiedad de su padre, llamado Equus 66, y que la había dejado en el jacuzzi.

A las 7 de la noche, se desplegó un gran operativo policial, con altos mandos de la policía criminalística y varios investigadores, al llegar al edificio, el celador, Fernando Merchán Murillo, les informó que Rafael había ingresado al parqueadero y dejado el carro en el sótano.

Francisco autorizó el acceso al apartamento, y un equipo del Gaula de la Policía subió para realizar la inspección.

INGRESO AL APARTAMENTO

EQUUS 64

Los policías ingresaron al sexto piso, apartamento 603, y subieron a la terraza, allí, encontraron un jacuzzi y, entre las rejillas de madera junto al motor, descubrieron el cuerpo desnudo de Yuliana. Uno de los agentes rápidamente tomó los signos vitales de la niña, pero fue en vano, Yuliana ya estaba muerta.

Realmente, los agentes llegaron con la esperanza de encontrarla con vida, pero lo que hallaron en ese lugar es algo que jamás podrán borrar de sus mentes, de hecho, muchos de ellos aseguran que esa fue una de las mayores aberraciones que sus ojos tuvieron que ver en toda su carrera.

La escena fue de una crudeza tan impactante que, incluso los policías más experimentados, acostumbrados a enfrentarse a situaciones extremas, quedaron completamente devastados, pues debe ser indescriptiblemente grotesco y horrible para cualquier ser humano encontrarse con algo tan macabro, especialmente cuando se trata de una niña inocente, cuya vida fue arrebatada de manera tan violenta e injusta.

Este apartamento, donde se encontraba el cuerpo de Yuliana, estaba vacío, sin muebles, ya que se trataba de un lugar que se estaba poniendo en arriendo, en el suelo del lugar, los agentes encontraron cigarrillos tirados, una botella de aguardiente y una botella de aceite de cocina, un zapato blanco, que pertenecía a la niña, estaba en el piso.

En el tanque del inodoro, sumergido en el agua, estaba el vestido que Yuliana había estado usando ese día, y lo más horrible y aterrador que los investigadores encontraron fue la manera en que su cuerpo fue dispuesto, de forma grotesca, como si fuera un pequeño ángel crucificado. En su abdomen, tenía amarrado un moño rojo, tal como se hace con un regalo, la escena daba la macabra sensación de que ella fuera un premio, algo impensable para cualquier mente racional.

El apartamento, aparentemente, estaba limpio, lo que sugirió que alguien había tratado de arreglar la escena, pero en ese momento, todo esto debía ser considerado como parte de la investigación, el tiempo para acusar a Rafael era limitado; cada segundo contaba.

En medio de la preocupación por su estado de salud, los agentes llegaron hasta la clínica para leerle los derechos y la orden de captura a Rafael, aunque su situación médica era delicada, la policía no tuvo compasión, había que actuar con firmeza, más allá de la circunstancia.

El 6 de diciembre, se formalizó la orden de captura en la clínica, sin que nunca se dejara de custodiar a Rafael desde el momento en que fue internado.

La noticia se regó rápidamente, y en cuestión de horas, toda la nación dirigió su atención a lo que estaba ocurriendo en Bogotá. La gente comenzó a reunirse afuera del edificio, de la fiscalía, de los juzgados, e incluso del hospital donde se encontraba Rafael.

La multitud, llena de rabia y desesperación, exigió justicia de manera feroz, muchos pedían la muerte para Rafael.

NOTICIA A LOS PADRES DE YULIANA

PADRES YULIANA SAMBONI

Los padres de Yuliana habían sido llevados a una estación de policía, donde una psicóloga estaba preparada para prevenir la situación, pues ya se sospechaba lo peor. La noticia estremeció a todos los investigadores, y cuando ya se disponían a comunicarles a los padres de Yuliana que su hija ya no tenía vida, don Juvencio recibió una llamada de un vecino que se encontraba cerca, en el edificio Equus 66, observando lo que ocurría. En la llamada, el vecino le informó sobre el hallazgo de los agentes, y en ese preciso momento, los padres de Yuliana, al escuchar la terrible noticia, se desplomaron al suelo.

Gritaban, lloraban y se arrancaban la ropa y el cabello, completamente desbordados por el dolor, la madre de Yuliana, quien estaba a tan solo unas semanas de dar a luz a su segundo hijo, en medio de su desesperación, gritaba que ya no quería tener más hijos, que no quería volver a ser madre.

La angustia fue tan fuerte que tuvieron que ser trasladados a una clínica de inmediato, para que pudieran recibir atención médica debido al profundo shock que estaban experimentando.

¿QUIÉN ES RAFAEL URIBE NOGUERA?

RAFAEL URIBE NOGUERA

Rafael Uribe Noguera, de 38 años, era arquitecto, su círculo social lo describía como una persona amigable, sociable y muy activa, con una vida llena de fiestas y diversión, sin embargo, a medida que lo conocían mejor, empezaron a descubrir una faceta completamente diferente en él.

Aunque al principio parecía ser una persona extrovertida y carismática, pronto comenzaron a notar aspectos más oscuros en su personalidad, Rafael se volvía cada vez más impulsivo, respondía de forma agresiva y tenía una actitud problemática.

Su comportamiento se tornaba cada vez más desagradable, careciendo de empatía por los demás, y su egocentrismo se hacía cada vez más evidente, la fachada de persona amable y sociable se desvanecía conforme sus verdaderas inclinaciones comenzaban a salir a la luz, revelando a alguien mucho más peligroso y perturbado de lo que su entorno podría haber imaginado.

INVESTIGACIONES

HOMENAJE YULIANA SAMBONI

Según las cámaras de seguridad, a las 9:20 am es el momento en que Yuliana ya se encontraba en el carro de Rafael.

a las 9:30 am Rafael hizo su primer parada en el apartamento de Ecus 64 (Carrera 1 con Calle 68), pero no se bajó ni ingresó al lugar, de allí, se trasladó al otro apartamento, también de propiedad de su familia, el Ecus 66 (Carrera 4A con Calle 66-14).

En las cámaras de seguridad se puede ver cómo Yuliana luchaba con todas sus fuerzas para liberarse de Rafael, durante el ingreso al apartamento, se observa que hacía movimientos bruscos, claramente intentando escapar.

El vigilante del edificio no tenía claridad sobre si sabía o no de la presencia de la niña dentro del vehículo, pero poco después, días después de los hechos, se descubrió que el vigilante apareció muerto en el baño de su casa. Las investigaciones revelaron que él había estado colaborando con la fiscalía antes de su muerte, y dejó una carta donde expresaba que no podía soportar más la presión social.

En la minuta de la portería se registra que alrededor de las 3:30 pm llegó la hermana de Rafael al apartamento, pero no tenía llaves. El vigilante no la dejó ingresar hasta que Rafael confirmara, pero finalmente ella logró entrar. En la minuta también se registra la entrada de Francisco, el hermano de Rafael.

Entre las 3:00 pm y las 6:00 pm, mientras Francisco intentaba conseguir las claves de las cámaras y la llave del apartamento, lo que sucedió dentro de este lugar no es del todo claro, sin embargo, las declaraciones dicen que los hermanos Uribe intentaron buscar a Rafael en el apartamento.

Catalina, la hermana, ingresó como pudo al apartamento 603, golpeó la puerta varias veces sin recibir respuesta, de inmediato, se comunicó con Francisco, quien también fue al apartamento, preparándose para discutir con el celador.

El celador les dijo que Rafael había ingresado con la camioneta y estaba estacionado en el segundo sótano, Francisco bajó al garaje, abrió el vehículo, que estaba sin seguro, y encontró un zapato blanco dentro del carro.

Decidió entonces subir a la azotea del apartamento, ya que su hermana le había dicho que no podía ingresar por la puerta principal, desde allí, logró ingresar al apartamento saltando los muros.

En el interior, vio que había aceite regado en el piso de una habitación, según su testimonio, Rafael tenía problemas con el alcohol y las drogas y cuando se encontraba bajo estos efectos, solía untarse aceite en el cuerpo.

Al seguir revisando el apartamento, encontró a Rafael en un estado completamente perdido, aparentemente no comprendía lo que sucedía, Rafael respondió de manera errática, diciendo que la niña se había bajado en la circunvalar, pero Francisco, al ver su comportamiento extraño, decidió llevarlo a la clínica Monserrat, donde recibieron tratamiento psicológico.

En el taxi, Rafael le confesó a Francisco que había matado a Yuliana y que su cuerpo estaba en el jacuzzi, en la clínica, el personal médico le advirtió que estaba en grave estado y que necesitaba ser trasladado a una clínica especializada debido a que estaba a punto de sufrir un paro cardíaco, durante este tiempo, Francisco comenzó a recibir llamadas de los policías, quienes lo interrogaron rápidamente sobre lo sucedido.

a las 8:00 pm los policías, tras obtener la confesión de Rafael, se dirigieron al apartamento, entraron, revisaron el jacuzzi y efectivamente encontraron a Yuliana, inmediatamente, hicieron el levantamiento del cuerpo y lo trasladaron a Medicina Legal para los estudios correspondientes.

En los análisis forenses, se descubrió que el cuerpo de Yuliana estaba cubierto completamente de aceite, probablemente con la intención de borrar cualquier prueba biológica que pudiera vincular a Rafael Uribe, sin embargo, como en todos los crímenes, no existe el crimen perfecto, y se logró rescatar una muestra de ADN.

Además, las cámaras de seguridad mostraron que en dos ocasiones anteriores, Rafael había intentado secuestrar a Yuliana, lo que indica que tenía un plan premeditado sobre cómo llevar a cabo el secuestro.

Aunque se realizaron varias investigaciones, aún hay muchos vacíos, especialmente sobre lo que sucedió en el interior del apartamento, esto es algo que solo Rafael podría haber narrado, pero nunca sabremos la verdad absoluta de lo que ocurrió en ese lugar.

CONDENA RAFAEL URIBE

CONDENA RAFAEL URIBE

En una primera instancia, Rafael Uribe Noguera fue condenado a 52 años de prisión por los cargos de feminicidio, tortura, acceso carnal violento y secuestro, con el agravante de que la víctima era menor de edad. Sin embargo, tanto la Fiscalía como la familia de la víctima apelaron la decisión, argumentando que la condena era insuficiente, como resultado, la pena fue incrementada a 58 años de prisión en 2017.

En 2018, Rafael fue trasladado a la cárcel de La Tramacúa, ubicada en Valledupar, este penal es conocido por su nivel de seguridad y por albergar a algunos de los criminales más peligrosos y repudiados del país. En La Tramacúa, Rafael Uribe Noguera fue recluido en una zona conocida como el pabellón de horror, en el que se encuentran los criminales más notorios de Colombia, entre ellos el asesino serial y violador Alfredo Garavito, conocido como La Bestia.

Este pabellón es famoso por la dureza de su régimen y por la peligrosa convivencia entre los internos, muchos de los cuales son responsables de crímenes atrozmente violentos.

El traslado a este lugar significó un alejamiento aún mayor de cualquier trato preferencial que pudiera haber recibido en otros centros penitenciarios, dado que La Tramacúa es una de las cárceles más temidas por su estricto control y las tensiones entre los reclusos.

HERMANOS URIBE NOGUERA

Tanto Francisco como Catalina Uribe Noguera fueron investigados por su posible complicidad en el asesinato de Yuliana Samboní, específicamente por el supuesto encubrimiento de su hermano Rafael, la Fiscalía los acusó de borrar chats y ocultar información relevante sobre los hechos que rodearon el asesinato.

Sin embargo, los hermanos defendieron su postura, asegurando que colaboraron plenamente con las autoridades y que en ningún momento intentaron obstruir la investigación, afirmaron que siempre estuvieron dispuestos a ayudar en la búsqueda de la verdad.

Tras las investigaciones y el análisis de las pruebas, la justicia no encontró elementos suficientes para vincular a los hermanos con el crimen, y en 2019 un magistrado del Tribunal Superior de Bogotá dejó en firme la absolución de Francisco y Catalina, esto cerró formalmente el caso en cuanto a la responsabilidad de los hermanos en el asesinato de Yuliana.

Este fallo fue un alivio para los hermanos, que durante el proceso judicial tuvieron que enfrentar un torrente de acusaciones y presiones mediáticas. Aunque las acusaciones de encubrimiento fueron desestimadas, la sombra del crimen de su hermano Rafael seguiría marcando sus vidas de manera irreversible.

REBAJAS CONDENA

CONDENA DE RAFAEL URIBE N

Lo que ha sucedido con la condena de Rafael Uribe Noguera ha generado gran controversia y ha desatado una profunda indignación en la sociedad, pues a pesar de la gravedad de los crímenes que cometió, la defensa de Uribe ha logrado que se le otorguen múltiples rebajas en su sentencia a lo largo de los años, gracias a su supuesto buen comportamiento y su participación en actividades laborales dentro de la prisión.

La sentencia inicial de 58 años de prisión, que se le impuso por los delitos de feminicidio agravado, acceso carnal violento agravado y secuestro, parecía ser una pena justa considerando la magnitud de los daños que causó a la niña Yuliana Samboní.

Sin embargo, desde que fue trasladado a la cárcel de Valledupar, la situación ha cambiado, y el hombre ha logrado reducir su condena de forma considerable, lo que ha causado indignación en muchas personas que consideran que no se está haciendo justicia por la vida de una niña inocente.

Entre 2019 y 2022, ha recibido varios descuentos en su pena, los cuales han sido atribuidos a su buen comportamiento y su participación en actividades dentro de la cárcel, como trabajos y estudios, estos descuentos, que comenzaron siendo pequeños, han ido acumulándose a lo largo de los años, lo que le ha permitido reducir su condena en varios meses.

De acuerdo con los registros de la prisión, Uribe ha acumulado alrededor de 14 meses y 17 días de descuento hasta 2022.

El hecho de que un criminal tan grave pueda beneficiarse de estos descuentos ha generado una gran preocupación entre la sociedad, que considera que la pena impuesta no refleja adecuadamente la magnitud del sufrimiento que causó, mientras muchos exigen que la justicia se mantenga firme y no se le otorguen rebajas en su sentencia, otros advierten que este tipo de beneficios puede enviar un mensaje equivocado sobre la impunidad y la justicia en casos tan atroces.

Este caso ha reavivado el debate sobre la forma en que el sistema judicial colombiano maneja los beneficios penitenciarios, especialmente en crímenes tan graves, y ha generado una reflexión sobre cómo garantizar que la justicia se cumpla de manera justa y equilibrada, sin que el comportamiento en prisión sea un factor determinante para reducir penas tan severas.

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